jueves, 14 de julio de 2016

"La vera gioia" Málaga canta con Frisina, julio de 2016; apuntes de un encuentro cantando la fe.

Es difícil resumir la enorme cantidad de sensaciones, momentos e inspiraciones recibidas a lo largo de estos cuatro pero intensos días vividos en plena alegría, fraternidad y esfuerzo. Voy a intentar hacer memoria de tres "instantáneas" breves, impresiones personales del encuentro, como una sencilla acción de gracias, porque ante todo soy consciente de haber vivido unos días intensos en los que el Señor ha estado grande con nosotros... estamos alegres y agradecidos por ello. Pido perdón anticipadamente por todo y todos los que me dejo en el tintero pero que están en mi corazón.

Debo decir en primer lugar un enorme GRACIAS a todos los que lo han hecho posible. Desde que tuve la primera noticia de este encuentro en torno a la música de Monseñor Marco Frisina me pareció una oportunidad única para profundizar en el ministerio de música de la mano de uno de los compositores de música sacra más importantes de la panorama católico actual... y más allá, debo decir que desde que hace casi dos décadas que empecé a dirigir mis pasos por este camino, pocos músicos me han influido tanto, en todos los sentidos, en especial desde mi trabajo habitual con la Capilla Diocesana de Toledo o en el Monasterio Agustino de la Conversión. Pero mis expectativas se han visto superadas con creces en estos días. La providencia es así, siempre nos da mucho más allá, ve mucho más allá, nos conduce mucho más allá. Y así ha sido en esta ocasión. Por tanto en primer lugar de nuevo GRACIAS  a todos los que desde la Fundación Victoria de la Diócesis de Málaga, desde la Cátedra de Música Sacra de la Catedral de Málaga. Con nombres propios y en primer lugar a mi querido Antonio del Pino, un hermano que Dios puso en mi camino y a mí en el suyo. No hay palabras para expresar el agradecimiento por tu esfuerzo, dedicación y cariño. Por hacer esto posible, y lo que nos queda por delante...


Es imposible no referirse a la humanidad, grandeza de espíritu y a la vez sencillez de una persona como don Marco Frisina. Este encuentro me ha permitido personalmente estar cerca de él, charlar, compartir mesa, cantar con él guitarra en mano en una sobremesa, bromear y por supuesto rezar con él. Compartir micrófono en torno al "status quaetiones" de la música sacra hoy en la mesa redonda a su lado fue algo emocionante, sobrecogedor en cierto sentido. Primera lección: cuanta grandeza, cuanto talento, fama y éxito, llevados con la máxima normalidad. Una persona de Dios, alegre, asequible. Oírle hablar de su ministerio con tanta sencillez y claridad ha sido un soplo del Espíritu para mí. 


Reunirse para cantar la fe puede ser la metáfora perfecta que explique mis sensaciones de estos días. En torno a 500 personas en un solo corazón y una sola alma... es algo muy grande. Qué decir de la fraternidad con la que nos han acogido nuestros hermanos en Málaga. Tantas personas buenas, sacerdotes y laicos en los que hemos encontrado cercanía y afecto. Me vienen a la cabeza mil sensaciones, palabras, anécdotas, risas... esas familias maravillosas de los Equipos de Nuestra Señora que nos acogieron en una noche inolvidable de música y afecto en su casa, Antonio Pino y su emoción incansable por el trabajo que teníamos entre manos, Pepe Sánchez Herrera al frente de la Fundación Victoria, y el incesante trabajo de Mariví Hidalgo, Daniela Cori que gran alegría conocerte y también a Patrizia Bufagna; tantos compañeros directores con los que he podido aprender en estos días, Miguel Ángel o Luis Alberto Campos, por supuesto Sergio Lazo director del Coro de la Catedral de Huelva, la alegría y afecto de Juan Manuel Montiel... y uno de los encuentros más providentes, con el sacerdote, doctor, blogger y musicazo Oscar Valado, al que conocí hace años en un encuentro sobre música y liturgia en Alcalá de Henares y desde entonces nos hemos seguido los pasos virtualmente (su blog... absolutamente recomendable para los que estamos en estas lides http://elcientoporuno.blogspot.com.es/). 
Un encuentro especial con mi hermana Francis Robles OSA del Monasterio Agustino de la Conversión. Las cosas de Dios, el martes 5 enterraba a su padre en Málaga, esta enorme artista, pincel, alma y color, con la que he compartido mi vocación por llevar a través del arte a los hombres y mujeres a Dios, en el camino fraterno de nuestra Comunidad. Y allí estaba junto a Susana del Cid y mi hermana Begoña Tejido cantando la "verdadera alegría" tres días después. Grande Francis, muy grande. 


Y por último, poder hacer este recorrido con los hermanos y amigos de la Capilla Diocesana de Toledo (http://capilladiocesanadetoledo.blogspot.com.es/) no tiene precio. Nuestro vínculo se ha reforzado en los ratos compartidos de alegría, bromas, playa, pescaíto, furgo y carretera, pero ante todo la mesa de la Eucaristía compartida, ratos de oración y acción de gracias. Doy gracias por cada uno de ellos, por cada uno: Carolina, Fernando, Carlos, Marisa, Mamen y familia, Elena y familia, Lourdes, Tana, Enriqueta y muy en especial a Paco Villacampa y a Juan Manuel Uceta. Todo el trabajo compartido de estos años, pronto serán 10, luchando, ensayando, creando, cantando... en momentos como los que hemos compartido en Málaga cobran absoluto sentido. Gracias amigos.  


En último lugar no puedo olvidarme que no sería posible para mí haber estado en Málaga ni nada de esto, ningún concierto, ningún congreso, ausencias, horas componiendo, ensayando, viajes, aviones perdidos, artículos, tesis... sin la generosidad de Nuria Arribas, mi mujer. Gracias.
En resumen, este encuentro es promesa de eternidad, un auténtico "Paradisso", para seguir avanzando en el camino de la evangelización a través de la belleza, para caminar y trabajar por el Reino a través de la música que arrebata el corazón y eleva nuestra alma de manera misteriosa. 
De nuevo: GRACIAS

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